¿Cómo le haces justicia al último desfile de ready-to-wear de Jean Paul Gaultier entre la pila de reseñas que fashion week genera día con día? Es parte del problema de las semanas de la moda y su sobrecarga sensorial: la naturaleza consecutiva de los shows hace que los asistentes queden hastiados. No nos emocionamos tanto como deberíamos, y no siempre nos damos cuenta de la magnitud de todos los momentos cumbres sucediendo. Solo han pasado dos semanas desde que Gaultier anunció que esta temporada presentaría su último ready-to-wear, el diseñador prefiere enfocarse en su colección de Alta Costura, pues la suya permanece como una de las mejor vendidas en el mundo. Tal vez los editores no tuvieron tiempo de procesar esta información correctamente por estar viajando entre Londres o Milán y todo eso, por lo mismo, la grandiosa presentación de sábado por la tarde en el teatro Rex, no pudo evitar tomar a todos por sorpresa.
Gaultier, de todas maneras, no quería que fuera una despedida triste. De principio a fin, la chica que Jean Paul Gaultier presentó era tan divertida como fuegos artificiales, sin un solo momento solemne o un segundo de quietud para derramar lágrimas. (Y por favor, hay que reservarlas para cuando en verdad se retire. ¡Viva JPG!) Dividido en dos segmentos distintos, el show hizo un buen trabajo al sumar la historia de Gaultier sin hacer un retrospectiva. Había cortes de los años cuarenta y ochenta, sus famosos brasieres, gran cantidad de reconstrucciones textiles, y un increíble segmento dedicado al sporstwear donde el diseñador imitó el logo de Everlast y lo sustituyó por la palabra “Logo”. El público se volvió loco cuando el segmento de ‘Miss Redactrice de Mode’ presentó modelos vestidas en atuendos que eran tributos a Suzy Menkes, Babeth Djian, Emmanuelle Alt, Franca Sozzani, Carine Roitfeld, y Grace Coddington, mientras en las pantallas se mostraban los logos de las revistas donde cada una de las editoras había trabajado en su carrera.
Lo que esto -el show completo, en realidad- nos recordó, más que nada, es que hay espacio para la diversión en la moda, y al mismo tiempo este sentido de diversión puede significar algo. Los desfiles ready-to-wear de Gaultier han sufrido porque hasta ahora habían mantenido su teatralidad en un momento donde la austeridad reina y la moda no perdona estas cosas. Las últimas temporadas, los espectaculares shows a la antigua han estado ganando momentum de nuevo – desde Rick Owens, pasando por Kenzo, y Moschino- y como el showman original, Gaultier merece el crédito por mucho de eso. Si él ya no puede ser parte del ready-to-wear, gracias a Dios siempre puedes contar con la Alta Costura. Gracias, monsieur, por la música. Nos vemos en couture.
Credits
Text Anders Christian Madsen
Photography Mitchell Sams